“EL HABAS CHASNA”
Habas tostado en “cánala”, luego del cual se lo remoja en agua hervida y tibia lo que permite suavizarla para su fácil masticación, especial para las abuelitas, es también un fiambre importante en las labores de campo, especialmente para los estudiantes cajatambinos.
“EL ROPUCHO”
Habas tostado, es muy conocido el habas redondo llamado “luilo habas” que tostadas en la “cánala” se convierten en “ropucho”, es un fiambre muy rico en carbohidratos.
Podremos saborear en la próxima feria cajatambina del 27 de septiembre de 2009 en Los Olivos.
LECTURA & ESCRITURA
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Camino por las calles de Huacho con un libro entre manos.
Tengo canas y escasos cabellos pero el regocijo pedura intacto.
Con todo, no leo todo lo q...
Hace 5 años
Eran mis fiambres de la escuela.
ResponderEliminarRecuerdo a mi abuelita Benedicta llenándonos los bolsillos con ropucho, cancha y mucha chashna.
ResponderEliminarEn la puerta de su casa coincidíamos los nietos quienes salíamos con los bolsillos llenos camino a la Torre. Otras veces, antes de ir a ordeñar las vacas o separar los becerros, pasar por la abuelita Benedicta era una excelente decisión. Lo mismo ocurría con la tía abuela Junicha de Astobamba, que cuando llegábamos a su casa con algo de leña o pasto, no nos dejaba ir sin antes comer algún plato típico. Siempre tenían una comida deliciosa para nosotros.
Que madres tan generosas las nuestras. Son nuestras madres cajatambinas.
Aristóteles Requejo
Efectivamente hermano:
ResponderEliminarLa abuelita Junicha, quien en paz descance, tenia ollitas pequeñas de barro con las cuales preparaba unas delicias como el picante de Gitga, locrito de papas entre otros platos. Por ello, Astobamba era un paso obligatorio, ya que comprendía la visita a la tía Junicha, ella se alegraba con nuestra llegada nosotros abrazábamos sus rodillas con cariño mientras mirábamos de reojo lo que que contenía sus ollas, ella por su parte expresaba alegría cuando nosotros saboreábamos con gusto sus potajes dentro de los cuales no faltaba el "cuguay" astobambino.
Ulises Requejo
Por su parte la abuelita Benedicta tambien nos acogía con sus delicias nos hacía pasar a su cocina en la cual las ollas hervían mientras ella con la cánala tostaba la canchita cajatambina ... Recuerdo ahora también sus cariñosos abrazos que nos cubría con su pañalón, que bonitos recuerdos.
ResponderEliminarUlises Requejo
Permítanme hermanos acoplarme a tan grato recuerdo, si efectivamente en la cocina de la tía abuela Junicha habían ollas precisas para un plato de comida, pero siempre alcanzaba para un visitante y que decir del tamaño perfecto del ambiente de su cocina preciso como para ella y un acompañante mas todo lindo todo cálido, recuerdo que siempre me encantaba coger su "flauta mágica" con ella que soplaba y prendía su fogón y nos abrigaba a los presentes.
ResponderEliminarQue gratos recuerdos........
Mercedes Requejo